Sadvertising: ¿Qué es y para qué sirve?
¿Alguna vez
viste un spot y terminaste llorando? ¿Recuerdas la marca de ese spot tan
emotivo? ¿Te preguntaste por qué te hizo llorar? No fue culpa de las hormonas,
ni de tu estado de ánimo, la mayoría de estos anuncios publicitarios están
creados con ese objetivo: emocionarte hasta las lágrimas.
El sadvertasing es una tendencia
publicitaria muy utilizada en la actualidad; no es un término técnico ni
científico, el concepto hace referencia a la publicidad que apela a las emociones de los consumidores. En lugar
de recurrir al humor, crea conexiones emocionales.
El sadvertising apela directamente a los
sentimientos, muestran situaciones de la vida real que puedan crear conexiones
con el consumidor. Ellos quieren ver a gente real haciendo cosas reales, con
significado, eso es lo que le otorga emotividad a una historia. El storytelling va de la
mano, no basta con contar una historia con personas llorando, es necesario
reflejar la realidad del consumidor, si él se identifica entonces la marca ha
llegado a sus emociones.
Un anuncio
con claras intenciones de hacer llorar al público puede confundirse con
manipulación; en ocasiones no es necesario planearlo, es más efectivo cuando
las lágrimas y la emotividad surgen por sí mismas en el consumidor. La emoción
generada debe ser genuina.
Una de las
razones más importantes por las que las marcas utilizan el sadvertising es por la necesidad de crear conexiones más cercanas
entre las personas, y, finalmente, entre la marca y el consumidor. La clave, como en toda campaña publicitaria,
está en apegarse a los principios,
valores y filosofía de la marca, cada pieza debe reflejar su identidad,
para que el público pueda hacer una conexión entre las emociones generadas por
el spot y la marca que lo presenta.
A veces las
historias son tan distantes de la identidad de la marca, que al final el
consumidor solo recuerda las emociones que le causó, más no la marca que
presentaba el spot.
Aunque no
es algo nuevo en la industria publicitaria. Desde hace un par de años se está
aplicando con mayor frecuencia hasta convertirse en “una moda”; sin embargo,
hay que tener cuidado al seguir una tendencia, porque podrían caer en la
imitación y ahogar al consumidor en una gran cantidad de publicidad que intenta
hacerlos llorar.
Las marcas
saben que es mejor apostarle al corazón y no tanto a la cabeza del consumidor, ellos quieren contenido,
no características ni indicaciones de cómo usar el producto.
A
continuación puedes ver algunos ejemplos de sadvertising,
te aseguro que no podrás evitar las lágrimas:
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